Transparencia y rendición de cuentas

Por su parte, la rendición de cuentas consiste en el deber que tienen los funcionarios públicos de justificar sus actos ante la sociedad y los órganos de control, asumir responsabilidades por sus decisiones y aceptar las consecuencias de una gestión deficiente, ineficaz o corrupta. La rendición de cuentas puede ser de tres tipos: horizontal (entre instituciones del Estado), vertical (entre el Estado y la ciudadanía) y social (a través de mecanismos de control ciudadano como auditorías sociales).

Ambos principios son interdependientes. No puede haber rendición de cuentas sin transparencia, pues la información es la base sobre la cual se evalúan los actos públicos. Del mismo modo, la transparencia sin consecuencias reales —es decir, sin mecanismos efectivos de control y sanción— puede convertirse en un ejercicio simbólico sin impacto real.

Uno de los beneficios más relevantes de estos principios es su capacidad para prevenir y combatir la corrupción. Al hacer visibles los procesos de contratación pública, la ejecución presupuestaria o la toma de decisiones administrativas, se reduce la opacidad que permite prácticas indebidas. Además, promueven una cultura de integridad institucional que mejora la confianza ciudadana en el Estado.

Nuestra organización, apoya a los municipios para habilitar y eficientar sus portales de datos abiertos, los sistemas de compras públicas en línea, y las plataformas de monitoreo ciudadano como los Observatorios ciudadanos.

Fortalecemos la educación cívica y la alfabetización digital, fomentando la participación de la sociedad civil, y garantizando la independencia de los organismos de control.

En tiempos donde la desconfianza hacia las instituciones es alta, avanzar en transparencia y rendición de cuentas es clave en la gobernanza moderna. En GLASS impulsamos una mayor innovación tecnológica que permita automatizar procesos, reducir la burocracia y facilitar la auditoría en tiempo real de la gestión pública.

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