Uno de los componentes esenciales de esta gestión es el ordenamiento territorial municipal, que establece cómo se distribuyen las actividades humanas en el espacio urbano. A través de planes de desarrollo urbano o planes de ordenamiento territorial, los municipios determinan las zonas residenciales, comerciales, industriales, recreativas y de conservación ambiental. Esta planificación permite evitar el crecimiento desordenado, mejorar la movilidad y garantizar una distribución más equitativa de los recursos urbanos.
La provisión de servicios básicos como agua potable, saneamiento, recolección de residuos, alumbrado público y mantenimiento de vías— es otra función central. Una gestión municipal eficaz asegura no solo el acceso a estos servicios, sino también su calidad y sostenibilidad en el tiempo. Además, en contextos de cambio climático, los gobiernos locales deben adoptar enfoques resilientes, por ejemplo, mediante la gestión sostenible del agua o la creación de infraestructuras verdes.
La movilidad urbana también está en el centro de la acción municipal. Aunque los grandes sistemas de transporte pueden depender de niveles regionales o nacionales, muchas decisiones clave —como el diseño de calles, la implementación de ciclovías o la peatonalización de espacios— recaen en los gobiernos locales. Una planificación adecuada puede mejorar la circulación, reducir las emisiones y fomentar modos de transporte más saludables y accesibles.
Asimismo, la participación ciudadana en la gestión urbana municipal es esencial. Los municipios que promueven procesos participativos, como presupuestos participativos o consultas vecinales, logran una mayor legitimidad y eficacia en la toma de decisiones. La ciudad se construye de forma más democrática cuando se integra la voz de los ciudadanos en la definición de prioridades y en el seguimiento de las políticas públicas.
No puede dejarse de lado el impacto de la tecnología y la innovación en la gestión urbana municipal. Herramientas como los sistemas de información geográfica (SIG), las plataformas digitales de gestión ciudadana o los sensores urbanos permiten a los municipios tomar decisiones más informadas, optimizar recursos y mejorar la transparencia y la rendición de cuentas.
En GLASS sabemos que la importancia de la gestión urbana municipal es un elemento clave para el desarrollo ordenado, justo y sostenible de las ciudades.
Apoyamos a los municipios, como nivel de gobierno más cercano a la población, en su responsabilidad —y también la oportunidad— de liderar transformaciones profundas en los territorios que administran.
Para ello, abordamos puntos específicos donde se requiere fortalecer sus capacidades técnicas, financieras e institucionales, a través de diferentes talleres, capacitaciones y proyectos hechos a medida de cada gobierno local; promovemos una gobernanza urbana participativa, transparente e innovadora.
Impulsamos la inversión en Gestión urbana responsable, fortaleciendo las acciones con que los gobiernos locales gestionan sus entornos urbanos.